Levantarse temprano es una de las cosas más difíciles de hacer para casi todas las personas; los niños no son la excepción.
Es normal que nos encontremos con las clásicas mañanas complicadas en donde la apatía y la flojera son las protagonistas. ¡No te preocupes! Aquí te daremos algunos consejos para que apliques con tus pequeños y poco a poco esos ratos matutinos sean mucho más agradables para ellos y también para ti. ¡Pon mucha atención!
- Ten una actitud positiva. Es fundamental que desde pequeñitos vean que tú disfrutas despertar y hacerles de desayunar, preparar sus mochilas etc. Recuerda que tu eres su vivo ejemplo, así que la imagen que tú proyectes es muy importante.
- Acompaña sus actividades matutinas con algo que le guste. Por ejemplo, si a tu hijo le gusta cocinar, puede ayudarte a preparar el desayuno o hacerse su propio almuerzo. La mañana tiene que empezar a percibirse como el comienzo de un día únicamente y no como una tortura diaria.
- Mantén un canal abierto de comunicación con tus pequeños. Es esencial que platiques con ellos de sus actividades en la escuela siempre, de esta manera podrás determinar cómo se sienten o qué es lo que más les gusta. Todos esos detalles te darán armas para poder motivarlos por las mañanas “¡Vamos, recuerda que hoy es tu partido de futbol y quieres ganar!” “Hoy vas a comer a casa de tu mejor amigo, ¡acuérdate!”
- Dales el tiempo suficiente. Calcula bien la hora a la que deben levantarse para que les de tiempo de bañarse, desayunar y estar listos para la escuela. El que estén corriendo y apresurando todo, sólo hará de las mañanas una experiencia mucho más insatisfactoria.
- Recuérdales que lo que hacen en la escuela es importante. Platícales de cuando tú ibas a la escuela, de lo que aprendiste ahí, de lo que más te gustaba. El que sepan que todo el esfuerzo que realizan tiene peso y los ayudará a desarrollarse como profesionales les brindará un buen contexto de las cosas. Ayudar a que se sientan parte de algo puede hacer la diferencia.
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