Cuando tus hijos son pequeños, la mayoría de las decisiones respecto a su vida son tomadas por ti, sin embargo, conforme crecen van adquiriendo mayor independencia y tomando elecciones por ellos mismos.
No te resistas al cambio, mejor bríndales las bases para que sepan tomar decisiones acertadas. Analiza estos tips y descubre que darles un poco de autonomía no tiene que ser malo:
1.- Bríndales libertad conforme su edad
Es evidente que no vas a permitir que tu hijo de 6 años tenga la misma libertad que le ofreces a tu hijo de 13 años, respecto a la toma de decisiones.
Analiza aquellas cosas o acciones que tus hijos puedan elegir conforme sus capacidades y permite que lo hagan. Se trata de soltar poco a poco la libertad para elegir, midiendo el terreno a través de la madurez de tus pequeños.
2.- Háblales de las consecuencias
Sabemos que existen temas que quisieras evitar, pero la mayoría de las veces lo mejor es abordarlos lo más claro posible.
Constantemente hazles saber que las malas decisiones traen consecuencias que repercuten en diversos canales de su vida. Pero también háblales del éxito a partir de las buenas decisiones y disciplina.
3.- Pon el ejemplo
De nada servirá todo tu esfuerzo por ayudarlos a tomar buenas decisiones, si no pones el ejemplo tú mismo. Por esta razón, es importante que evites tomar decisiones por impulso y sin analizar las variables que se te presenten. Cuando haces esto, les muestras que es correcto seguir este patrón de comportamiento y que es aceptable que ellos mismos lo hagan eventualmente.
Incluso, te recomendamos que cuando el resultado de tus decisiones sea desfavorable, lo platiques abiertamente con ellos. Permíteles analizar contigo el por qué de ese resultado y las alternativas que tienes a la mano para darle una nueva solución a ese problema.
4.- Apóyalos pero no les soluciones todo
Sí, ellos deben ver en ti un apoyo incondicional. Pero eso no quiere decir que vas a sacarlos de todos los problemas, ni solucionarles sus conflictos todo el tiempo.
Déjalos que aprendan a encontrar alternativas que les permitan arreglar los problemas que se les presenten. Puedes ayudarlos a pensar, evaluar los “pros” y los “contras”, pero debe nacer de ellos la forma de ejecutar esas acciones.
5.- Confía en ellos
Finalmente, confía en sus decisiones. Aunque estés muriendo de miedo, llegará un punto en donde debes dar un paso hacia atrás y esperar lo mejor.
Cuando permites este nivel de complicidad y confianza, ellos adquieren seguridad, una mejor autoestima y un efectivo manejo de las situaciones.
Para finalizar, te recomendamos que la estrategia de decisiones y la inteligencia emocional son prácticas que se adquieren día con día. Si fomentas en tus hijos estos hábitos, ellos obtendrán las herramientas que los impulsen a tomar las mejores decisiones a lo largo de su vida.
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