Hablar inglés es indispensable para que tu hijo tenga no sólo un mejor futuro profesional, sino para que pueda desenvolverse adecuadamente en otras latitudes, ya que hoy es el idioma oficial en más de 50 países e innumerables organizaciones internacionales.
Algunos estudios revelan que cuando los niños llegan a los 8 años empiezan a perder la capacidad de oír y reproducir nuevos sonidos, comparado a cómo lo hacían cuando eran más pequeños. Por ello, cuánto antes empecemos a brindarles la oportunidad de aprenderlo será mejor.
Aquí, algunos beneficios de aprender inglés en los primeros años de vida:
- Se producen cambios en la corteza cerebral debido a la escucha y el uso de nuevas palabras en otro idioma.
- Se estimula la creatividad y se vuelven niños más diestros para resolver problemas.
- Desarrollan un pensamiento crítico y una mayor flexibilidad mental.
- Mejoran su capacidad de memoria, su rapidez mental y sus habilidades multitarea.
- Tienen un mejor acento. Si comienzan desde el preescolar, tendrán más posibilidades de adquirir un acento prácticamente igual al nativo.
- Es una edad propicia para disfrutar lo que aprenden, ya que el idioma se practica a través de juegos, canciones, teatro, cine, cuentos o programas de televisión.
- Tu hijo se dará cuenta de que en el mundo no todo es igual. Mostrar otras culturas a los niños les sirve para conocer, ser más comprensivos, tolerantes y respetuosos.
- Mejorarán su capacidad de comunicación.
- Tendrán la oportunidad de acceder a información más actual y completa, ya que la mayoría de los textos académicos y tecnológicos están escritos en inglés.
- Tendrán acceso a más recursos, a más personas y a más lugares.
- Sus circuitos cerebrales se programarán para aprender otros idiomas.
- Podrán aspirar a estudiar en universidades extranjeras.
- En el futuro, tendrán una ventaja competitiva laboralmente y una mejor comprensión de la humanidad y la cultura.
Éstas son sólo algunas de las ventajas que brinda el aprender inglés desde nuestro primer año formal de escuela. Los cerebros de los niños están desarrollados para aceptar y aprender cualquier lengua, y si lo aprenden tempranamente su lingüística será estupenda y hablarán el inglés de manera tan natural como si fuera su lengua materna.
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